miércoles, 15 de noviembre de 2017

EL MIEDO A LA EMANCIPACIÓN: ¿HASTA QUÉ PUNTO NOS DETIENE?






El vivir de forma independiente es uno de los mayores objetivos para las personas con diversidad. Independientemente de si necesitamos más o menos apoyos para lograrlo, el vivir nuestra vida y tomar nuestras decisiones es una meta básica para vivir una vida digna.


En este artículo quiero responder a unas ideas expuestas por Ignacio Pantoja, tratando este tema en su artículo “El espectro del autismo y la emancipación”, publicado en Autismo Diario.
Ignacio Pantoja es colaborador habitual de esta publicación online y es TEA al igual que yo.


Podéis ver el artículo completo pinchando aqui

En primer lugar quisiera oponerme a lo que él considera el mayor impedimento: el miedo.



“Las personas con TEA, como es mi caso, tenemos miedo de muchas cosas; este miedo viene producido por el bullyng y discriminación que hemos sufrido en nuestra infancia y adolescencia, cosa que también se manifiesta en trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y ansiedad como he comentado en otros artículos.
Es este miedo, o incluso pánico, el que hace que no podamos ser totalmente independientes…]).”



El enfoque, en mi opinión, no debe ser el miedo, Si no en las causas de ese miedo.  Y además no solo en eso. Mientras que es cierto que las personas en el espectro (así como cualquier persona con diversidad del tipo que sea) somos víctimas preferentes del bulling, y es cierta también la terrible impronta que ello deja en el individuo, esto no es suficiente para parar a una persona.


Lo que es, por desgracia, realmente capaz de pararnos es la gran dificultad de estudiar o conseguir empleos que nos permitan tener nuestros ingresos. Las dificultades para alquilar un piso al ser clasificado como “discapacitado” (por no hablar de conseguirlo adaptado si es el caso). Y eso sin contar transporte y otras más cosas que no deberían ser un problema, pero que carecen de unas adaptaciones que nos beneficiarían a todos.
En la adaptación es donde reside la clave para que cualquiera, sea como sea, pueda realmente emanciparse.


También serian cambios sociales los que acabarían con las causas del miedo que Ignacio comento: más recursos contra el bullyng o legislaciones más severas contra los agresores ayudarían a paliarlo. Y se nos pueden ocurrir mas soluciones, como castigos contra las propias escuelas que no impongan medidas efectivas para paliar los excesivos casos de claustros y direcciones que ignoran el problema hasta que un niño resulta gravemente herido o incluso muerto.
En otro punto en el que me hallo en desacuerdo es la aparente equivalencia por parte del autor entre hacer las cosas solo y vivir fuera de casa de los padres con la independencia y la emancipación:



“Creo que para ser independiente, una persona con TEA debe de hacer ciertas cosas solo, por ejemplo: hacer sus rutinas solo, como ir al trabajo o a los estudios sin necesidad de que le lleven, ocuparse de su ropa y de su cuarto, aprender a cocinar y a hacer la compra, ser consciente de tomar su medicación (si es el caso) de manera autónoma y sobre todo (lo más difícil), aprender a resolver conflictos con otras personas.
El último paso sería la vida fuera del entorno familiar, separados en otra casa, pero es cierto que muchos no podrán llevar una vida totalmente autónoma, quizá la mayoría de nosotros.”




Aunque sé que no es necesariamente la intención del autor, hemos de indicar y repetir cuanto haga falta que tener apoyos y necesitar para algunas cosas ayuda no impide NADA el ser independiente.


Se trata de un aspecto cultural que hemos de eliminar de raíz. El necesitar apoyos en el día a día, no es algo censurable ni hace menos al individuo, es algo equivalente a usar ropa para no tener frío. Algo necesario y no reseñable (digo esto sin intención de minusvalorar la encomiable y sacrificada labor de las personas que se dedican a  prestar estos apoyos).



Me atrevería a decir que hasta se es independiente aunque uno jamás deje de vivir con los padres. ¿Por qué?: porque la independencia real es poder vivir la vida de uno mismo de una forma completa, tomando nuestras propias decisiones y creando nuestro futuro, siendo seres humanos completos. Y esto no tiene nada que ver con la ayuda que uno necesite ni como viva.




Por lo cual, para concluir, debemos tener presentes dos cosas: el miedo no es una fuerza tan fuerte ni un enemigo tan difícil de combatir como pueda ser las causas sociales y la discriminación implícita en ellas hacia una persona con diversidad. No debemos confundir conceptos como diversidad, autonomía y madurez y el hecho de que necesites ayuda para hacer determinadas acciones no te incapacita para poder disfrutar de la vida independiente.





finalmente quería comentar que la intención de este post fue la de comentar un artículo relacionado con la vida independiente para posteriormente, ser mandado  publicado en unas jornadas organizadas por
 Plena Inclusión conocidas con el nombre de "CONSTRUIMOS MUNDO" a las que yo pienso asistir en calidad de autogestora y que se celebrarán próximamente. 












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